¿Cómo encontrar pareja según la biblia?

Todos los seres humanos tenemos la necesidad de sentirnos queridos y amados por otras personas, y en muchas ocasiones, a veces encontrar a la “persona correcta”, se vuelve un verdadero dilema. Aquí te mostraré cuál es la manera más correcta de encontrar pareja según la biblia.

Ahora bien, realmente ¿Estamos buscando bien?, creo que el problema se desencadena cuando comenzamos con una búsqueda intensa, sin primero consultar a Dios y dejarnos guiar por medio de él.

Lo primero que debemos saber, es que si ya estamos preparados para dar este paso, debemos estar completamente seguro de esa persona, pues si no es así, puede que la elección termine dándonos algunos dolores de cabeza.

3 claves para encontrar pareja según la biblia

Estos no son trucos mágicos, pero si pueden ser algunas herramientas que te ayudarán a tener paz en este proceso y te guiará a caminar bajo los principios de Dios, entendiendo que el señor podrá guiar todos tus pasos.

1.     No te impacientes

Lo primero que debes tener es calma. Es cierto que llega la edad donde todo el mundo comienza a casarse y ves como tus amigos, o conocidos ya empiezan a formar familia. Pero esto no puede afanarte por nada.

Si no controlas tus emociones, puedes terminar haciendo una mala elección, o lo que es peor, dejándote presionar por el entorno y esto sí que es un grave error.

La misma biblia dice “no te afanes por nada”, en Filipenses 4: ⁶ No se preocupen por nada, más bien pídanle al Señor lo que necesiten y agradézcanle siempre.

Antes de afanarte o preocuparte por tu soltería, más bien ora al señor y pídele que sea él colocando la persona correcta, que de apertura a una nueva relación y así puedas conocer la plenitud del amor.

2.     Busca que tenga tú mismo sentir

Sí que hay amores que pueden llevarte a la desgracia, posesivos, compulsivos, u obsesivos. En esta sociedad hemos visto de todo y a veces la pasión que nace desde el alma, si no es bien controlada, puede llevarnos a actuar en nuestra carnalidad.

Es por ello que a la hora de buscar una persona que te acompañe por el resto de tus días, debes velar que tenga tú mismo sentir, o tu misma fe, o visión.

Cuando nos dejamos llevar solo por esos deseos del alma y esas pasiones descontroladas, pero no le pedimos a Dios que nos dé discernimiento, para percibir el espíritu de esa persona, estamos errando.

Entonces caminamos años con relaciones infructuosas, o lo que hoy conocemos como “relaciones tóxicas”, que no nos permiten avanzar.

Me gusta la biblia en 2 da de corintios 6:14 cuando dice:“¹⁴ Ustedes no son iguales a los que no tienen fe en Cristo. Entonces no se junten con ellos”.

Y no solo te enfoques en la fe, sino que más bien evalúa sus frutos, su carácter, como es, o cómo se comporta. Antes de elegir, lo mejor es conocer a fondo a la persona, para que así podamos discernir entre sí nos conviene para toda la vida, o no.

3.     Evalúa siempre sus frutos

En la biblia encontramos muchas historias de amor, pero una de ellas está en Génesis 24, cuando el siervo de Abraham, Eliezer va en busca de una esposa para Isaac.

Cuando uno lee la historia dice que Rebeca estaba buscando agua de un pozo, y al ver al criado ofreció agua para él, y para sus camellos. Vació su cántaro y realizó esta acción muchas veces, hasta que todos fueron saciados.

Es decir, Rebeca además de ser una mujer de buen parecer, también era amable, bondadosa y tenía un espíritu de servicio. Lo que era algo que iba a agradar inmensamente a Isaac.

Entonces, a la hora de buscar una persona para compartir una relación, no podemos dejarnos llevar solo por lo físico, sino también por lo que está encapsulado en su espíritu. Los frutos de amor, compasión, autenticidad que tiene para con los demás.

Y si aún no sabes que tan importante son los frutos, entonces recuerda la vida de Sansón, este se enamoró de Dalila y esta lo entregó a los filisteos. Era de buen parecer, pero no tenía un buen corazón.

Como verás, la palabra de Dios es una extensa guía que nos podrá ayudar a definir lo que sentimos y si esto realmente es lo que necesitamos, o merecemos. Lo bueno es que Dios nunca nos dejará solo en esta tarea, solo debemos confiar en él, y tenerlo presente en cada uno de nuestros procesos.