La mayoría de la gente ha tenido una relación tóxica en algún momento de su vida. Ya sea con un amigo, un familiar o una pareja, estas relaciones pueden ser increíblemente perjudiciales. Entonces, ¿qué son y cómo se pueden afrontar? En este post responderemos a estas y otras preguntas.
¿Qué son las relaciones tóxicas?
Una relación tóxica es cualquier tipo de relación que te perjudica, ya sea física o emocionalmente. Estas relaciones pueden ser con miembros de la familia, amigos o parejas. Pueden ser perjudiciales porque implican a personas que son abusivas, manipuladoras o que ejercen un efecto perjudicial en tu vida o el resto de tus relaciones.
Sin embargo, no todas las relaciones tóxicas son abusivas. Algunas pueden ser simplemente perjudiciales porque implican a personas negativas, críticas o que no te apoyan. Estas relaciones pueden hacer que te sientas mal contigo mismo, y pueden dificultar que lleves una vida feliz y saludable.
¿Cómo afrontar las relaciones tóxicas?
La mejor manera de afrontar una relación tóxica es salir de ella. Esto puede significar terminar la relación por completo, o simplemente distanciarse de la persona o la situación. Es importante hacer lo mejor para ti, incluso si eso significa tomar algunas decisiones difíciles. Si no estás seguro de qué hacer, siempre puedes hablar con un amigo o familiar de confianza para que te aconseje.
¿Cuáles son algunos de los signos de que estás en una relación tóxica?
Las relaciones tóxicas pueden ser difíciles de identificar, porque a menudo empiezan pareciendo normales. Pero con el tiempo, los comportamientos poco saludables de la otra persona (o personas) implicadas empiezan a pasarle factura.
Hay muchas señales de que puedes estar en una relación tóxica. Si sientes que te menosprecian, manipulan o maltratan constantemente, es hora de dar un paso atrás y evaluar la situación. Otras señales son la sensación de que no puedes ser tú mismo con la otra persona o que siempre andas con pies de plomo para evitar una discusión. Si tienes dudas, siempre es mejor pecar de precavido y salir de la situación.